“Pretender que estaba muerto fue terrorífico”, confesó la presunta víctima.
Un agente que simuló ser el sicario autor de los hechos se encontró con María Sosa en un estacionamiento y le mostró las fotografías y ella se rió.
Tras su arresto, la mujer se declaró culpable de solicitar el asesinato de su esposo y fue condenada a 20 años de prisión en octubre de 2016.
A pesar de seguir vivo, Ramón Sosa aseguró que “nunca seré el mismo hombre”.