El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, presentó el jueves dos nuevos pedidos de acusación contra el presidente Michel Temer, como presunto “líder de organización criminal” y por tentativa de “obstrucción a la justicia”, informó la Fiscalía.
Janot ya había acusado en junio a Temer de “corrupción pasiva”, pero la Cámara de Diputados, donde tiene una confortable mayoría, había rechazado encaminar su pedido a la corte suprema, única habilitada para juzgar a un mandatario.
En las acusaciones figuran otros seis importantes dirigentes del PMDB (conservador, el partido de Temer), incluyendo dos de sus principales ministros, Eliseu Padilha (ministro jefe de la Casa Civil, un cargo equivalente al de un jefe de gobierno) y Moreira Franco (secretario general de la Presidencia).
Según la Fiscalía General de la República (PGR), los denunciados “practicaron acciones ilícitas a cambio de sobornos a través de diversos organismos públicos, como Petrobras, Furnas, Caixa Económica, el Ministerio de Integración nacional y la Cámara de Diputados”.
El “esquema” montado “permitió que los denunciados recibiesen por lo menos 587 millones de reales de sobornos [189 millones de dólares al cambio actual]”, precisa la demanda.
“Michel Temer es acusado de haber actuado como líder de la organización criminal desde mayo de 2016”, cuando reemplazó a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, destituida por el Congreso por manipulación de las cuentas públicas, indica el documento.
“El núcleo político de la organización incluía a miembros del PP [derecha] y del PT [el partido de Rousseff y de Lula da Silva], que componían núcleos específicos”, afirma.
“Pero en mayo de 2016, con la reformulación del núcleo político de la organización criminal, los miembros del ‘PMDB de la Cámara’, y especialmente Michel Temer, empezaron a ocupar una posición de destaque que antes había sido de miembros del PT”, prosigue.
Janot, de 60 años, vive los últimos días de su mandato. El próximo lunes, entregará el cargo a su sucesora, Raquel Dodge.
En las últimas semanas, multiplicó los pedidos de acusación, en un país que desde hace más de tres años vive al ritmo de las revelaciones de la Operación Lava Jato, sobre un gigantesco esquema de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos y partidos para ganar licitaciones en Petrobras.
La semana pasada, Janot acusó por asociación ilícita a Lula (2003-2010) y Rousseff, así como a la cúpula del PT, al exmandatario conservador José Sarney (1985-90) y a los principales dirigentes del PMBD.