Una niña de 13 años salvó la vida de ocho personas, incluidos cinco niños.
¿Cómo sucedió?
Jemima Layzell falleció de un aneurisma cerebral, algo muy inusual en niños.
Un aneurisma es un bulto en un vaso sanguíneo causado por la debilidad en una de las paredes. Puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en el cerebro y alrededor del corazón.
Tras ello, sus padres permitieron que la pequeña donará su corazón, el páncreas, los pulmones, los riñones, el intestino delgado y el hígado.
Los padres la recuerdan como una niña inteligente, compasiva y creativa.
“Estamos seguros de que estaría muy orgullosa de su legado”, dijeron sus progenitores.
El Departamento de Sangre y Trasplantes del Servicio Británico de Salud aseguró que ningún otro donante antes había ayudado a tanta gente.
Su trágica muerte
La niña sufrió un colapso mientras ayudaba a organizar los preparativos del cumpleaños de su madre. Cuatro días después murió en el Hospital Infantil de Bristol, Inglaterra.
El caso se ha hecho viral para que muchas personas piensen en donar sus órganos al momento de morir o de sus familiares.