Las operaciones de rescate y evacuaciones continuaban este viernes en Texas, donde las lluvias amainan y las inundaciones retroceden, revelando los daños causados por la tempestad tropical Harvey.
En el condado de Orange, en la frontera con el estado de Luisiana, la Guardia Nacional continuaba evacuando a personas atascadas en las rutas, aún cubiertas de agua.
El condado sigue emitiendo órdenes de evacuación, aunque algunos de sus habitantes las han desafiado. Lonnie y Missy Givens se negaron a dejar su casa a pesar de que helicópteros y barcos estaban en la zona para realizar las evacuaciones.
“Jamás vi una tormenta como esa”, dijo Missy, al ver los daños que dejó Harvey.
A pocas calles su casa, donde las inundaciones alcanzaron un metro de altura, se veían árboles y postes de luz arrancados, como muestra de la fuerza de Harvey -que golpeó la costa hace casi una semana como huracán categoría cuatro- al pasar por la zona.
A menos de un kilómetro de Orange, un equipo de rescatistas voluntarios continuaba sus operaciones abordo de un bote. En los últimos dos días calculan haber salvado de las inundaciones a entre 100 y 250 personas.
“Muchos de ellos pensaban que nadie vendría a buscarlos”, dijo a la AFP Heather Lisotta, un ama de casa de 28 años que participa de los rescates como voluntaria.
– Puerta a puerta –
El descenso de las aguas revelaba la amplitud de los daños materiales, que se calculan entre 30.000 y 100.000 millones: casas completamente sumergidas en las aguas, remolques tumbados de lado, barcos boca abajo, almacenes demolidos.
La Casa Blanca, que pidió al Congreso desbloquear fondos de emergencia, indicó que unas 100.000 viviendas fueron afectadas por Harvey.
El cese de lluvias permitió acelerar el desplazamiento en helicóptero de las víctimas, obligadas a dejar a veces todo, excepto sus mascotas.
En un hospital de la ciudad de Beaumont, en el sureste de Texas, un ballet de helicópteros a los que se sumaron unidades Black Hawks del Ejército evacuaron este jueves a los más delicados de unos 200 pacientes en el edificio. Otros fueron desplazados por vía terrestre.
El servicio de agua seguía cortado en Beaumont debido a un fallo en el sistema de bombeo y varias rutas continuaban cerradas, constataron periodistas de la AFP.
En todas las zonas inundadas en Texas y Luisiana, los bomberos y policías avanzaban en paralelo revisando puerta por puerta en busca de personas olvidadas.
Los socorristas temen descubrir más cadáveres entre los escombros y las inundaciones, luego de que al menos 38 personas murieran en las primeras horas después del paso de Harvey.
– Riesgo químico –
Mientras continuaban las labores de rescate, dos fuertes explosiones ocurrieron tras la inundación de una planta química del grupo francés Arkema en Crosby, un pueblo de unas 3.000 personas a 40 km de Houston.
Las autoridades ordenaron la evacuación en un perímetro de tres kilómetros de la fábrica de peróxidos orgánicos, usados en la elaboración de plásticos y productos farmacéuticos.
Richard Rennard, ejecutivo de Arkema, informó que los residentes habían evacuado la zona de peligro y explicó que un contenedor de peróxidos orgánicos no pudo ser refrigerado por la falta de electricidad que provocó la inundación, y por eso se desató el fuego. Advirtió que otros ocho contenedores podían explotar.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) descartó por el momento señales de toxicidad peligrosa en la humareda,
En un refugio en una iglesia, un residente de Crosby estaba preocupado por los animales que había dejado al evacuar su hogar. “Tuve que irme por culpa de la planta”, dijo a la AFP Lane Averett, de 59 años.
“Tengo un perro y tres gatos, y un ternero encerrados (y) no pueden recibir agua o comida, ni nada”, explicó.
– Visita de Pence –
El vicepresidente Mike Pence viajó a Texas para evaluar los destrozos y reunirse con las víctimas de las inundaciones. “Vamos a quedarnos con ustedes hasta que Texas sea un lugar mejor y más grande que antes”, le dijo a los residentes.
El mandatario Donald Trump, que volverá a Texas el sábado tras una visita el martes, le prometió al estado hacer una donación personal de un millón de dólares.
En Luisiana, el impacto de Harvey evocaba dolorosos recuerdos del huracán Katrina, que dejó 1.800 muertos en 2005. Pero Nueva Orleans, la ciudad más afectada entonces, solo recibió lluvias mínimas.
El Centro Nacional de Huracanes degradó a Harvey a depresión tropical el miércoles, pero advirtió que el peligro de inundaciones persiste en partes de Texas y Luisiana.
Mientras tanto, Irma gana fuerza rápidamente, convirtiéndose en un huracán categoría 3 en el Atlántico y llegaría al sur del Caribe a inicios de la semana próxima, según los pronósticos meteorológicos.