La planta química del grupo francés Arkema en Crosby, cerca de Houston (Texas), donde se produjeron explosiones este jueves, presentaba un buen balance en materia de seguridad pero el paso del huracán Harvey la sumió en una situación catastrófica.
Inundada y desprovista de electricidad, y por lo tanto de sistema de refrigeración de los materiales altamente inflamables que produce y almacena, la fábrica, implantada en Crosby, al noreste de Houston, representaba un riesgo desde hace varios días, lo que provocó el establecimiento de un perímetro de evacuación de unos tres kilómetros.
La planta, en la que trabajan 57 personas, fabrica peróxidos orgánicos, compuesto que se utiliza para la fabricación de plásticos, polistireno, polipropileno, PVC y productos farmacéuticos.
Muchos bienes de consumo habituales, desde automóviles a envoltorios alimentarios, pasando por productos de salud y de limpieza, contienen peróxidos orgánicos: superficies de trabajo, pinturas con base acrílica, revestimientos de automóviles, vasos y platos de polistireno, envoltorios, etc, según las informaciones de Arkema.
El grupo no precisó el volumen de productos que fueron afectados por las explosiones.
“Uno de los nueve contenedores (de estos productos tóxicos) ha sufrido una degradación del producto”, dijo este jueves sin dar más explicaciones uno de los responsables de la fábrica, Richard Rennard.
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“Tenemos otros productos químicos almacenados que utilizamos como materiales brutos para la fabricación de nuestros productos acabados”, añadió, señalando que “estos materiales no suponen ningún problema”, ya que los daños se limitan a una zona restringida de la planta.
Rennard afirmó, por otra parte, que estos productos estaban “almacenados con toda seguridad”, pero no precisó el volumen que representaban.
Hasta que se produjeron las explosiones de este jueves, la fábrica de Crosby tenía un buen balance en materia de seguridad y medio ambiente.
En su sitio internet el grupo da cuenta de un solo accidente laboral en los últimos siete años.
Destaca también la utilización de un equipo de control de contaminación del aire que emplea la tecnología más avanzada que existe y “que reduce considerablemente la emisión de partículas orgánicas volátiles más del 99,5%, mientras los productos de limpieza eliminan el 99% de los gases ácidos”.
Según la agencia estadounidense de protección del medio ambiente en su página web, en los últimos tres años no se ha registrado ninguna infracción legal concerniente a la planta Crosby.
En 2015 la dirección de la compañía aprobó una inversión de 700.000 dólares para salud, seguridad y proyectos medioambientales en las inmediaciones de la planta, donde viven cerca de 3.800 personas en un radio de 4,8 km.
Arkema es una multinacional cuya sede esta cerca de París y que nació de la reestructuración de la rama química del gigante petrolero francés Total.
Con información de la agencia: AFP
Dos explosiones en una planta química en Texas.
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Más incendios se esperan en planta química en Texas inundada por Harvey.
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