Se supone que los miércoles de Semana Santa son sinónimo de apuros, de tormentos, de compromiso, de tradición. ¡Sí!, son de tradición, son las últimas compras para aquellas comidas especiales para que en la casa se preparen aquellas comidas que, ¡já!, de chuparse los dedos, usted.
Que se compran las verduras, que se compran las especias, que se compra aquel pescado seco del mejor. ¡Ah!, me puede permitir, aquel ‘traguito’ especial también.
La emergencia, la paciencia
Tal como nos ha ocurrido en las últimas semanas, esto tendrá que tener una pausa demasiado incómoda. Sí, ¡muy incómoda!
Ya quisiéramos acompañar a nuestra madrecita a comprar todo lo que lleva su receta para elaborar esas exquisitas comidas de Semana Santa.
Pues bueno, no es así. Hoy nos toca estar encerrados en medio de una emergencia mundial. Hoy no habrá playa, hoy no habrá paseo, hoy no habrá distracción.
Giammattei afirma que desde el lunes será obligatorio el uso de mascarilla en la calle
La esperanza
Mientras que muchos piensan eso, otras familias guatemaltecas tienen un panorama cuesta arriba, pues los ingresos diarios que tenían para vivir se están acabando.
Muchos tendrán que esperar las próximas semanas para poderse levantar y seguir adelante como buenos comerciantes.
#CORONAVIRUSGT Una caja de madera y un canasto son los implementos que María Ciriaca Monzón utiliza para ofrecer tortillas en el Mercado Central. Comenta que se le acabaron los ahorros por lo que hoy tuvo que salir a vender. pic.twitter.com/cUxkTsSvhi
— Edwin Bercián (@EBercian_PN) April 8, 2020
Se acabaron los ahorros
Doña María Ciriaca Monzón es parte de esas familias guatemaltecas a las que ya se les acabó los ahorros. Ahora, deben salir con la frente en alto día a día a vender sus productos.
Ella nuevamente colocó su venta en las gradas cercanas al parqueo del Mercado Central para ofrecer sus tortillas,
No hay gente, no es lo mismo que cualquier día, es tener fe para que los ingresos económicos surjan para estos días de calamidad.
Claro, dependerá el tipo de producto que se ofrezca, pero en un día normal de mercado todos, fijo, tendrían que sonreírle al cielo; hoy no.
Claro, hoy no. Justo en la venta de tortillas de doña Ciriaca cayó esa “chibolita” de esa “cuesta arriba” que ninguno de nosotros quisiéramos vivir, pero que toca.
A veces es impotencia, a veces es maldición. ¡No importa!, hoy el objetivo es sobrevivir como muchas otras personas lo están haciendo.
Justo en este Miércoles Santo doña Ciriaca fue a vender porque se le acabaron sus ahorros, pero su mirada, su fe, sus ganas de trabajar le hacen seguir adelante en medio de esta calamidad pública.
#CORONAVIRUSGT María Ciriaca Monzón de 65, tiene 58 años de vender tortillas en el Mercado Central. Después de un mes sin salir de su casa fue hasta hoy que decidió ir a vender por necesidad, ya que comenta que se le acabaron los ahorros. pic.twitter.com/HMfTS2LhQz
— Edwin Bercián (@EBercian_PN) April 8, 2020
MAGA: coronavirus impacta al sector de pesca artesanal y acuicultura del país
Los almuerzos
Don Eulalio Colorado es un optimista de toda esta emergencia. Prepara almuerzos junto con su esposa Lucía Gómez.
Lógico, en esos comedores del Mercado Central donde aquel aroma a pepián, hilachas, carnita asada, jocón, caldo de gallina, el exquisito caldo de res, ahora es un poco difícil llenar cada mesa, ofrecer aquellas bebidas refrescantes.
Sin embargo, tal como lo dice don Eulalio, ha sido difícil la situación, pero mantienen ese optimismo de pagar los Q50 diarios para llegar al Mercado Central procedentes de Llano Largo, todo enfocado a sobresalir en estos tiempos difíciles.
Eulalio Colorado de 40 años prepara almuerzos junto a su esposa Lucía Gómez en el Mercado Central. Toda su vida creció en ese comedor propiedad de su madre, diariamente gasta Q50 de pasaje en taxi colectivo desde Llano Largo hacia el centro histórico. pic.twitter.com/hGSNSbkXLR
— Edwin Bercián (@EBercian_PN) April 8, 2020