Cerca de un centenar de menores indocumentados que ingresaron a Estados Unidos sin compañía de un adulto celebraron hoy en Los Ángeles (California) el Día de los Reyes Magos, un descanso en medio de la batalla legal que enfrentan para quedarse en el país.
“Necesitamos integrar a estos niños y jóvenes a nuestra comunidad, y darles confianza”, dijo a Efe Patricia Ortiz, directora del Proyecto Esperanza, que coordinó el evento y forma parte de la organización Caridades Católicas, la cual se enfoca en los niños no acompañados y la reunificación de familias. “No nos podemos olvidar de estos menores, que aunque ya ingresaron al país aún no han garantizado su estancia y están en medio de una gran batalla”, insistió Ortiz. Fueron parte de la jornada Jenny y Josué, dos hermanos guatemaltecos que se identificaron con esos nombres por hallarse en medio de un proceso ante las cortes de Inmigración. Los menores pisaron suelo estadounidense cuando tenían 12 y 17 años, tras ser amenazados de muerte por su propio padre, según aseguró a Efe Leticia Solval, la progenitora. “Ellos decidieron venirse por su propia voluntad. Cuando me di cuenta ya estaban aquí, porque me llamaron las autoridades que los tenían en la casa hogar (refugio)”, relató Solval. La madre pasó por las inspecciones de las autoridades migratorias durante dos meses antes de poder reunirse con sus hijos, los cuales han solicitado asilo político, como la mayoría de los menores que asistieron hoy al festejo. A pesar de las duras medidas impuestas por la Administración de Donald Trump, los menores no acompañados no han dejado de llegar a EE.UU. Según datos de la Patrulla Fronteriza, en el año fiscal 2018, es decir entre el 1 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018, un total de 50.036 menores no acompañados ingresaron por la frontera sur del país, una cifra que representa un incremento del 21 % comparado al periodo anterior (41.435). |